Yo no lo quito
No, no lo voy a quitar de mi vida, ni de mi cuarto, ni de mi corazón. ¿Que está de moda y ser progre conlleva renegar de las creencias religiosas, que hay que seguir la tónica de los nuevos gurús (ellos se erigen en guardianes de la relatividad moral, todo es discutido y discutible)? Pues yo me niego a seguir la corriente a los mandamases pseudodemócratas que pretenden regular cómo tenemos que vivir, lo que tenemos que hacer o no, los guardianes de barro que tratan de condicionar nuestro comportamiento con su relativismo moral. Pues no, no me da la gana, como no me da la gana de dejar de fumar tampoco porque me acoquinen diciendo que si mata, que si la muerte será lenta y dolorosa... Que les den.
Mis convicciones religiosas, morales, éticas o estéticas son producto de decisiones personales en las que nadie tiene que inmiscuirse. Allá los borregos que siguen al líder de nuevo cuño, a los superficiales que devalúan todo lo que les molesta sólo para sentirse modernos y sobre todo para recoger votos del rebaño.
Pues señores, no me da la real gana. Cristo seguirá en mi corazón como en mi mente, y sólo su Evangelio y ejemplo de vida es mi guía, pr lo demás, que cada cual crea o no en lo que le parezca, puesto que la religión es una vivencia personal.
Que sigan deshumanizando a una sociedad ya lo bastante dura y superficial. Ellos verán, las consecuencias serán la demostración de que las imposiciones son las raíces de la rebelión.
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