Boris,
el toro, fue rescatado por Hillside Animal Sanctuary, ( en Inglaterra)
de una granja de producción industrial, donde las espantosas condiciones
de existencia lo habían enfermado. Aunque, una vez rescatado, se le
proporcionaron todos los cuidados, no logró sobrevivir. Antes de morir,
lloró con su cuidadora, quizá por agradecimiento, quizá por pena por no
tener ya más fuerzas... Y ahora, que lo cuidan, que le aman, sabe que va a morir. Y parte llorando ¡¡¡ tristeza infinita!!!
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