¿Quién no siente ternura por las miradas inocentes de estos cachorros, la mirada de asombro que descubre el mundo, la mirada de los pequeños que con desdichada probabilidad van a ser perseguidos por el más cruel depredador de la Naturaleza?
La soberbia y la avaricia de ciertos humanos hará esas miradas inocentes, desconfiadas, doloridas... Los cazadores de vidas inocentes e indefensas y quienes comercian con sus pieles, engrosan su ego, y sólo demuestran que son unos miserables indignos de compartir la Tierra con ellos.
Compartir
No hay comentarios:
Publicar un comentario