En esta época, en que precisamente lo que nos falta, o de lo que nos quejamos es de la falta de tiempo, habría que poner todo el empeño en guardar un tiempo para nosotros, para poder pensar, leer y detenernos en cosas que parece que ya no tienen importancia; pero si nos dejamos llevar por las prisas, por lo útil, lo urgente, y dejamos de lado lo necesario, lo importante... el crecimiento personal propio y de los que nos rodean, lo dejamos también... Y si de algo se compone cada día y en resumen, la vida, es de pasar por lo que llamamos tiempo.
Pasamos el tiempo de nuestra vida, tratando de tener tiempo y, por otra parte, tratando de matar el tiempo, para distraernos de pensar, o de sentir, sea lo propio o de los demás...
No
quisiera que se entendiera que trato de dar lecciones, sólo creo que
hay cosas que merecen compartirse, y cuando nos caen en las manos,
ponerlas en las de otros. Es tan creciente la incomunicación, separa a
la gente cada vez más, aunque esté bajo el mismo techo, aunque sean
familiares o amigos... como si tuviéramos que avergonzarnos de tener
sentimientos, sensibilidad, capacidad de empatía, solidaridad o, en una
palabra, de ser personas.
Llevo tiempo,
años, posiblemente sin ser consciente de ello, en los que he ido
desprendiéndome de prejuicios prefabricados, interesados, llamados
"sociales", o de moda, no lo sé; tampoco me interesa lo que se piense o
se crea sobre mí, eso no es algo que me preocupe, ni siquiera me enoja
ya.
Cada
cual sabe sobre sí mismo lo que es y cómo es (si ha guardado tiempo
para conocerse a sí mismo y sinceramente se reconoce sin pretextos, para
tratar de mejorar como persona, o aprender de los propios errores,
etc.) y sólo tiene que importar lo que puede dañar a otros o a uno
mismo.
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