24 de junio de 2011

Cambio ©


Este fin de semana Julen se muda definitivamente a un compartido con una compañera que tiene perro y gata, sexto piso, y en fin... ojalá le vaya bien y congenie con la moza, pues con el perro (Izar= Estrella) ya ha congeniado. No sé qué opina la gata, pero la de aquí, lo ve ir y venir con cosas y bolsas y demás... y está cardíaca.
Sé que aunque le vaya a ver a menudo, le echaré muchísimo de menos. En otras circunstancias, me sentiría bien, contenta de que se independice... pero como ya no tengo a Alberto, siento que va a resultarme dura esta soledad. 
Si al menos tuviera a mi Coli... 
La minina se irá acostumbrando, ya me pide a mí las cosas pero no se atreve a más; claro, Coli la frenó durante tantos años...
Cuando los hijos se van, la pareja vuelve a la etapa  de noviazgo; hay tiempo para ellos, se comparte más, se aumenta la comunicación, se consolida la relación, que vuelve al principio, con la ventaja de la experiencia. Ya limadas las diferencias, lo que se tiene asumido y aceptado por parte de ambos, sólo queda lo positivo. 
Así lo veo yo, y así lo esperaba. Y la vida en común resultaría armoniosa, gratificante, feliz.
Y bueno, para qué contar, si él ya no está...


No hay comentarios:

Publicar un comentario