Sólo esperan que los respetemos, que los dejemos vivir con
dignidad, que si los tenemos con nosotros, los cuidemos y no los abandonemos,
lo que ellos jamás harían. Los dueños de la Naturaleza NO somos los humanos; y mucho
menos dueños de la vida y la muerte de nuestros hermanos pequeños, los
animales. Tienen sentimientos, sufren y gozan, se entristecen y su sensibilidad
es enorme. Nos quieren, nos cuidan, démosles por su entrega impagable cuidados,
respeto, amor, como ellos nos lo dan sin esperar nada a cambio. Si tenemos
hambre, pasarán hambre con nosotros. Si frío, ellos nos darán calor. Si
tristeza, ellos nos acompañan en horas aciagas. Son nuestros amigos, son
ángeles que viven y comparten con los humanos la Naturaleza. Escúchalos en su
silencio sufriente cuando son abandonados y maltratados; acógelos, adóptalos,
los seres vivos no son para comprar y vender. Con ellos, tu calidad humana
aumentará y serás mejor persona.