Debemos respetar a los animales, la soberbia del hombre ha propagado que ellos son de nuestra propiedad. No es así, ellos son seres vivos, que sienten, gozan, sufren, se entristecen, No hablan nuestro idioma, y nosotros tampoco el de ellos; pero nos entendemos sólo con la mirada, el lenguaje corporal. Son donantes de amor. Cuando a Dios se le acaban las alas, hace colitas para estos seres entrañables, ángeles de cuatro patas, con pelo, con alas, son ELLOS, nuestros queridos animales, forman, como los animales humanos, parte de la naturaleza. Vive y deja vivir, protege a los más indefensos, jamás los maltrates ni abandones... también son hijos de Dios.
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