A pesar de
que la vida se te ponga amarga, a pesar de haber perdido a quienes más querías,
a pesar de la soledad, de la tristeza, nunca te rindas.... ¡Nunca te rindas! El tiempo pasa y restaña las más
hondas heridas. El dolor, dicen, hace crecer, nos hace más fuertes, más humanos
y comprensivos; Hay quienes caen en la desesperación, y sólo una sonrisa, una
palabra amable, escucharles, puede conseguir que poco a poco el cariño, la
comprensión y la solidaridad vayan causando su efecto. No dejes que la vida te
marque el paso. Da los pasos precisos o quédate, hasta que vuelvas a valorar la
belleza de la naturaleza, la sonrisa inocente de un niño, el crecer de la
hierba, el canto de los pájaros... y vive de nuevo, ¡revive! Aprende a
aceptarte, a quererte, a valorar lo que eres. Recuerda
que eres irrepetible.
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